ENTUSIASMO Y ALTAS EXPECTATIVAS

¿Cambiaste de país, por amor, por superación personal o profesional? ¿Te gustaría saber qué pasa con los migrantes a nivel emocional en esta experiencia de vida? No dejes de leer el siguiente artículo.

Empecemos por saber que adaptarte a otra cultura tiene altas y bajas emocionales, sin embargo, eso no te hace ser raro o débil ante otros migrantes. Tu manera de reaccionar ante estos cambios hará la diferencia entre hacer una experiencia de crecimiento personal o tu peor pesadilla.

Veamos entonces cuál es la primera fase que se experimenta en este proceso de adaptación:

Entusiasmo y altas expectativas

Esta fase es el principio del viaje emocional de vivir en otra cultura. Aquí nos encontramos, la mayoría de expatriados, en una etapa de alegría o de adrenalina pura, que reduce el enfoque de posibles obstáculos en nuestra adaptación. Estamos tan emocionados por lo que vamos a vivir (cambiar de trabajo, vivir con el ser amado, estudiar, aprender un idioma, etc.) que el cuerpo nos proporciona de una energía extra que ayuda a disminuir algunos aspectos no tan positivos.

Si cambiamos a países fríos, no tenemos tanto frío como creíamos; de hecho nos agrada ver nevar, no nos preocupa lo corto ni lo gris de los días, en general todo lo vemos con positivismo y curiosidad. El idioma si es diferente, lo encontramos simpático y nos mostramos con ganas de aprenderlo. Después de todo quizás era el sueño de toda nuestra vida.

Las nuevas reglas sociales nos parecen atractivas, interesantes o ni si quiera las percibimos. Los nativos del país son dignos de admiración, ya sean que son nuestros vecinos, parientes políticos, compañeros de la universidad o de trabajo.

Si eres pareja bicultural, tu pareja originario del país pensará que tú no eres como los otros expatriados negativos, que tú afrontarás todos los obstáculos con optimismo y que te incluirás a la nueva cultura sin mayor problema y que tu positivismo te ayudará abrir puertas en el nuevo mundo. Que suerte que tuvo tu pareja de haberte elegido a ti, ya que no le darás problemas como otros expatriados con historias espantosas y llenas de quejas.

Hasta aquí todos felices y contentos. Todo fluye sin mucho problema. Tienes suficiente energía para aprender nuevas cosas, curiosear el nuevo entorno o arreglar tu nuevo hogar. El tiempo pasa ligero. No te importa permanecer mucho tiempo encerrado en casa, total hay mucho que hacer, no importa estar solo, la experiencia vale la pena.

Sin embargo, todo tiene un principio y un fin. La sustancia del entusiasmo producida por nuestro organismo comienza a bajar y da paso a la segunda fase.